Al lector

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domingo, 26 de diciembre de 2010

QUÉ LES QUEDA POR PROBAR A LOS JÓVENES

de Mario Benedetti, LA VIDA ESE PARÉNTESIS (2000)
(Gracias al prof. Pablo Bonafina por este aporte)

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Sonatina, de Rubén Darío

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
-la princesa está pálida, la princesa está triste-,
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

-«Calla, calla, princesa- dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».

viernes, 3 de diciembre de 2010

Se busca un amigo

Se busca un amigo. No importa que sea hombre o mujer, basta que sea humano, basta que tenga sentimientos, basta que tenga corazón. Se necesita que sepa hablar y callar, y sobre todo que sepa escuchar. Tiene que disfrutar de la poesía, de la madrugada, de los pájaros, del sol, de la luna, del canto, de los vientos y de las canciones de la brisa. Debe tener amor, un gran amor por alguien, o sentir entonces la falta de ese amor. Debe amar al prójimo y respetar el dolor que los peregrinos llevan consigo. Debe guardar el secreto sin sacrificio. Debe hablar siempre de frente y no traicionar con la mentira y la deslealtad. No debe tener miedo de enfrentar nuestra mirada...

Se busca un amigo para compartir los mismos gustos, que se conmueva cuando es tratado de amigo. Que sepa conversar de cosas simples, de lloviznas y aguaceros. Se precisa un amigo para no enloquecer, para contar lo que se vio de bello y de triste, de los anhelos y de las realizaciones, de los sueños y de la realidad. Deben gustarle las calles desiertas, los charcos de agua y los caminos, el borde de la calle y acostarse en el pasto. Se precisa un amigo que nos diga que merece la pena vivir, no porque la vida es bella, sino porque estamos juntos. Se necesita un amigo para dejar de llorar, para no vivir de cara al pasado. Que nos palmee los hombros, sonriendo o llorando, pero que nos llame amigo, para tener conciencia de que aún estamos vivos.

Vinicius de Moraes (1913-1980)

lunes, 29 de noviembre de 2010

Ensayo sobre don Quijote

Una alumna de 4to año secundario escribió este ensayo sobre el personaje de CERVANTES. Me parece que vale la pena.

La locura y cordura de Don Quijote, por Macarena Grana

Un hombre fanático de los libros de caballería decidió ingresar a ese mundo imaginario que su cabeza diseñó por tanta lectura. En los primeros capítulos, se observa cómo comenzó su vida de caballero. Desde escoger un nombre con el cual lo identificarían como tal, idear a su dama perfecta e inexistente a la vez -inventando características propias de ella y hasta un nombre propio de dama- , conseguir un caballo con el cual se dirigiría hacia diversos lugares con el fin de buscar aventuras y hacer, ante todo, justicia. Don Quijote utilizaba palabras extravagantes, prosas y citas de caballeros de alguna de las tantas novelas leídas por él. Quien se cruzaba por su camino, lo catalogaba como a un loco, alguien que había perdido completamente el juicio. No podían haber estado más equivocados. Don Quijote siempre supo lo que hacía. Un día despertó y se dio cuenta de que la realidad no lo satisfacía, que ese mundo de caballería era lo que siempre deseó vivir. Como propio seguidor de sus fantasías y sueños, se embarcó en ese mundo imaginario apartándose de la realidad. No sólo disfrutaba su vida de aventuras, sino que también gozaba viendo cómo los demás caían en el juego de su “locura”. Veía a las personas burlándose de él pero no le importaba, porque era consciente de que era el único que podía vivir como quisiese, mientras que a los demás les faltaban las agallas. Don Quijote hasta logró exasperar a muchas de las personas con las que se cruzaba, ya que tenía respuesta para todo. De alguna forma, lograba convencer a los demás -debido a los fundamentos que utilizaba- de que él tenía la razón. Siempre su ágil y suspicaz cerebro vencía a las otras mentes, una ironía, ya que era visto como un loco. Las personas jugaban con él siguiendo el hilo de su pensar, pero Don Quijote terminaba saliendo triunfador porque ellos no tenían idea de que él también jugaba con sus mentes. El mismo Sancho Panza, quien decidió adentrarse a las aventuras con un “loco”, terminó creyendo todo lo que Don Quijote decía. Lo siguió a todas partes como buen escudero dejando atrás a su familia y comodidades, tales como un techo, comida, abrigo. Quizás Sancho, por momentos, sentía esa necesitad de alejarse de la realidad y por esto decidió unirse a Don Quijote. Hubo instancias en las cuales Sancho discutía con Don Quijote cuál era la realidad, saliendo Don Quijote victorioso en esto. No sólo se divertía este personaje jugando con la realidad y la ficción, sino que también intentaba hacer justicia, algo propio de un caballero. Al fin y al cabo, era lo que pretendía ser: un caballero con todas las letras. Vivir una realidad diferente y no aceptar lo que vemos alrededor; eso buscaba: quería lograr ser diferente y, de algún modo, feliz, ya que vivía a su antojo.

viernes, 26 de noviembre de 2010

No te rindas, por Mario Benedetti

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mensaje, por George Carlin

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios mas altos y temperamentos mas reducidos, carreteras mas anchas y puntos de vista mas estrechos. Gastamos mas pero tenemos menos, compramos mas pero disfrutamos menos. Tenemos casas mas grandes y familias mas chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos mas grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar.
Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reimos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.
Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.
Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma . Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos mas pero aprendemos menos. Planeamos mas pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor informacion y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.
Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.
Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aqui siempre.
Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.
Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.
Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.
Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.
Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas.
Y siempre recuerda:
La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.

martes, 19 de octubre de 2010

Los hijos de la noche, por Rolando Hanglin

Pensándolo bien: ¿Qué tiene que hacer un chico de 16 años, a las cinco de la madrugada, en las inmediaciones de la Ruta Panamericana, después de bailar en Pachá? ¿Qué tienen que hacer todos nuestros hijos adolescentes, de 12 a 19 años, en boliches donde se fuma, se bebe alcohol, se estropea el oído, se gritan insensateces y en cualquier momento se muere en la humareda de un incendio, o a manos de los desalmados que abundan a esas horas?
No son horas.
La clase media argentina, tradicional reserva de talentos que ha producido a Domingo F. Sarmiento, a Juan B. Alberdi, a Juan B. Justo, a René Favaloro, a Luis Sandrini, a Ricardo Lorenzetti, debe buscar en sus entrañas y lanzarse a una profunda mutación.
De vuelta al estudio, el trabajo, el ahorro. Como ha sido siempre, antes.
Los adolescentes no tienen ninguna necesidad de bailar. No es uno de los derechos humanos. La prueba está en que, si se le impide dormir a una persona, enloquece y muere. En cambio, se lo deja sin bailar y sigue contento y feliz. No pasa nada.
Si los teenagers quieren reunirse, pueden hacerlo en las casas de familia, como ha sido siempre. Con la música bajita, porque los vecinos descansan. Sin fumar ni beber. Hasta las doce de la noche. Y después, a dormir. ¿Cuál es el problema? Dormir es sano y necesario, porque mañana hay que levantarse a las 8 para jugar al rugby, o al hockey, o al fútbol, o repasar una materia. Como ha sido siempre y como sigue siendo en países serios como Canadá, Japón o Inglaterra.
¿Que la industria de la noche es un negocio lícito y produce ganancias importantes? Perfecto, que los señores de la noche hagan su negocio, como hasta ahora. Pero sólo para adultos. Que llegan en su auto y, si quieren, con su chofer. Por mí pueden emborracharse hasta quedar catatónicos: pero entre cuatro paredes y siendo mayores de 21 años. En la calle y manejando: no.
Nuestros hijos no deberían alquilar una Combi (en realidad, la pagamos nosotros) para llegar al boliche a las 2 de la mañana con la sagrada misión de "cagarse de risa" hasta las 5 y media. Es una locura. Es tentar a la desgracia. No lo permitamos.
La verdad que no confesamos es que nuestros hijos de 15 años salen de noche y beben aunque esté prohibido, porque existen "salones de fiestas" que son discotecas encubiertas, y en nuestro medio es fácil burlar la ley. Sobre todo si los padres no sabemos decir que no, cuando nuestros encantadores mocosos nos rezongan que "todos tienen permiso", "todos van", "todos lo hacen", "soy el único tarado", "soy la única pavota". Entonces, todos los viernes y sábados hay un cumpleaños, una despedida, un fin de curso, un recital, una fiesta del colegio tal o del liceo cual. En resumen, los adolescentes borrachos y circulando por las rutas hasta el amanecer.
Los "viajes de egresados" son un invento maldito. Primero: los chicos no han egresado de ninguna parte. Apenas acaban de terminar malamente un año, y deben rendir materias. No están egresando. No tienen por qué viajar. Y menos a Bariloche u otros sitios, lejos del control de sus padres, con el exclusivo propósito de producir aturdimiento, ebriedades, desórdenes sexuales y destrozos en los hoteles. ¿Cuál es la idea y quién la instaló?
La verdadera fiesta de egresados es, originariamente, un hecho institucional: se trata de un acto en el cual los alumnos que terminan su secundario presentan a sus familias, reciben sus diplomas, se despiden del colegio y a veces, bailan. Todo supervisado por el rector y los profesores. Punto.
La nocturnidad adolescente es una creación siniestra que lleva la marca argentina en el orillo, porque ninguna sociedad del mundo la permite. Ni los católicos, ni los socialistas, ni los neoliberales, ni los protestantes... ¡No hablemos de los islámicos!
Mediante la nocturnidad, hemos establecido que los jóvenes se van de sus casas, después de descansar un rato, a las dos de la mañana. Llegan como pueden a las proximidades de una discoteca. Por lo general, están borrachos al arribar a la puerta, debido a la simpática "previa". En esas largas filas de espera, hay chicas que venden "petes" o "besos por un peso", para pagar la entrada, otras que exhiben el documento de la hermana mayor para que las dejen pasar, y no faltan los muchachitos que vomitan en la vereda o caen desvanecidos. Frecuentemente, se pegan e insultan. A la salida, en la desbandada del amanecer, ocurren las desgracias.
De la juventud del "amor y paz", sonrisas alucinadas, pies descalzos, un porrito, el sonido de voces y guitarras, el sexo libre (pero sano y sin violencia) hemos pasado en pocos años a esta cabalgata de barras bravas, haciendo "pogo". Sin embargo, son las mismas edades adolescentes, con las mismas caras puras y cuerpos vírgenes. ¿Cómo fue? ¿Cómo hicimos la metamorfosis de "una chica moderna" a "un gato"?
Naturalmente, a la madrugada, los padres yacen desmayados en sus camas. Hoy día se trabaja mucho. No se les puede pedir a papá y mamá que arranquen el auto o pidan un remise a las 6 de la mañana para salir a campear a los hijos e hijas por los inmensos bailables del conurbano. Físicamente, no pueden. Se ha creado así un mundo aparte, un universo de adolescentes completamente separados de sus familias. El mundo del alba es uno, el de la noche es otro. Los chicos viven de noche y duermen de día. Duermen en el colegio, en la playa, en la iglesia y en sus casas. Duermen, duermen, duermen. Cuando despiertan, se sientan frente a la computadora, frotándose los pelos, a leer disparates, o se aferran al celular para enviar mensajes de texto donde todo se escribe sin hache y sin acento.
Cuando nosotros no estemos: ¿De qué van a vivir estos adolescentes, que a los treinta años todavía están meditando sobre "cuál es mi verdadera vocación"? ¿Cómo se ganarán el pan, vendiendo drogas?
Hemos hecho un estropicio. Nosotros, los padres de clase media.
Dicen que toda persona tiene derecho a poseer un sueño. Yo, por de pronto, tengo el mío. Una juventud sana, que salga del ruido, la noche, la droga, la ignorancia y lo "divertido". Que se entregue al día, al silencio, al estudio, al deporte, a la cultura, a la familia.
Alguno me dirá que este es el mismo ideal de "Mi hijo el dotor", que escribió Florencio Sánchez en 1930. Sí, es lo mismo. ¿Alguien tiene una idea mejor?
(Dedicado a la memoria de Florentino Sanguinetti, severo profesor y respetado rector de un gran colegio).

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sincericidio

Hace unos días escuché a un comunicador social (llamarlo periodista sería demasiada camiseta para tan pobre jugador) de C5N usar el neologismo "sincericidio". El sujeto hablaba acerca de una confesión que el presidente estadounidense había hecho en la cual reconocía un error cometido. ¡Horrible palabra “sincericidio”! Inmediatamente pensé que era muy triste relacionar el hecho de decir la verdad con el acto de quitarse la vida.
Decir la verdad equivaldría, entonces (para algunas personas), a la muerte. Es verdad que muchas personas fueron asesinadas por defender la verdad: pienso en el posible personaje de la caverna platónica que intentase convencer a los encerrados de que “su” realidad son “sombras, nada más”; pienso en Cristo, en Ghandi, Luther King, el exhilio del Dante (lo cual equivalía a la muerte para el florentino)… El asunto es que a todos ellos los mató “el otro”, alguien que no comprendía o no compartía su visión de la realidad. El suicidio es algo muy diferente...
Claramente el pseudo-periodista intentaba manifestar que el hecho decir la verdad era algo altamente perjudicial para la persona. Lo que creo que no llega a medir es que esto implicaría que, quien dice la verdad, no se valora a sí mismo, no se respeta, no está en sus cabales. En esta línea de pensamiento, las “personas sanas” son las que tergiversan los hechos, trastocan la verdad, mienten completa o parcialmente, omiten ser veraces.
Sabemos que los medios de comunicación no son ciento por ciento los paladines de la verdad, pero que lo digan así, tan abiertamente, parece demasiado. ¿No se supone que un periodista debe valorar como algo positivo el hecho de que un presidente diga las cosas como son? ¿No es esto lo que le pedimos permanentemente a nuestros gobernantes? No creo que B. Obama haya visto su declaración como un acto suicida (convengamos que el moreno no come vidrio)… Entonces, ¿es, acaso, el periodismo el que “mata” a quien reconoce la verdad y, entre eso, sus errores? ¡Cuánta hipocresía mediática!

sábado, 25 de septiembre de 2010

Noam Chomsky: sobre las diversas formas de manipulación empleadas por los oligopolios mediáticos.

(Nota del blog: parece un poco largo, pero creanme que vale la pena. Gracias a Guillo por su valiosos aporte.)

1. La estrategia de la distracción:
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja como los otros animales (cita del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones:
Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también crear una crisis económica, para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad:
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir:
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad:
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad”.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión:
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos.

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad:
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad: promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9. Reforzar la autoculpabilidad:
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución…

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen:
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Desde otro lugar, por Analía Ghío

(En homenaje a mi maternidad y a cada uno de mis hijos)

Estirarás las manos
y en las aguas revueltas de tu historia,
en medio del peor de tus naufragios,
encontrarás la madera de mi presencia silenciosa.

En la oscuridad de tus inseguridades,
y en la negrura de tus cobardías,
seré ese fósforo que desde el fondo del bolsillo,
te encenderá la mecha del " no te rindas todavía".

Cuando te envuelvan los vientos huracanados,
de una intransitable y asqueante desilusión,
seré la columna donde puedas amarrar,
el velero que te lleve a una renovada pasión.

Y partiré despacio, casi en retirada,
cuando disfrutes la gloria de un sueño muy querido.
Las madres no somos necesarias,
cuando despunta el alba de los proyectos conseguidos.

Nota del blog: Analía Ghio es una gran docente y autora de varios hermosos libros. Agradecemos su texto y su sincera amistad.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Los ojos de los pobres, por Ch. Baudelaire

¡Ah!, querés saber por qué hoy te aborrezco. Más fácil te será comprenderlo, sin duda, que a mí explicártelo; porque sos, creo yo, el mejor ejemplo de impermeabilidad femenina que pueda encontrarse.
Juntos pasamos un largo día, que me pareció corto. Nos habíamos hecho la promesa de que todos los pensamientos serían comunes para los dos, y nuestras almas ya no serían en adelante más que una; ensueño que nada tiene de original, después de todo, a no ser que, soñándolo todos los hombres, nunca lo realizó ninguno.
Al anochecer, un poco fatigada, quisiste sentarte delante de un café nuevo que hacía esquina a un bulevar, nuevo, lleno todavía de cascotes y ostentando ya gloriosamente sus esplendores, sin concluir. Centelleaba el café. El gas mismo desplegaba todo el ardor de un estreno, e iluminaba con todas sus fuerzas los muros cegadores de blancura, los lienzos deslumbradores de los espejos, los oros de las medias cañas y de las cornisas, los pajes de mejillas infladas arrastrados por los perros en traílla, las damas risueñas con el halcón posado en el puño, las ninfas y las diosas que llevaban sobre la cabeza frutas, pasteles y caza; las Hebes y las Ganimedes ofreciendo a brazo tendido el anforilla de jarabe o el obelisco bicolor de los helados con copete: la historia entera de la mitología puesta al servicio de la gula.
Enfrente mismo de nosotros, en la vereda, estaba plantado un pobre hombre de unos cuarenta años, de faz cansada y barba canosa; llevaba de la mano a un niño, y con el otro brazo sostenía a una criatura débil para andar todavía. Hacía de niñera, y sacaba a sus hijos a tomar el aire del anochecer. Todos harapientos. Las tres caras tenían extraordinaria seriedad, y los seis ojos contemplaban fijamente el café nuevo, con una admiración igual, que los años matizaban de modo diverso.
Los ojos del padre decían: «¡Qué hermoso! ¡Qué hermoso! ¡Parece como si todo el oro del mísero mundo se hubiera colocado en esas paredes!» Los ojos del niño: «¡Qué hermoso!, ¡qué hermoso!; ¡pero es una casa donde sólo puede entrar la gente que no es como nosotros!» Los ojos del más chico estaban fascinados de sobra para expresar cosa distinta de un gozo estúpido y profundo.
Los cancioneros suelen decir que el placer vuelve al alma buena y ablanda los corazones. Por lo que a mí toca, la canción dijo bien aquella tarde. No sólo me había enternecido aquella familia de ojos, sino que me avergonzaba un tanto de nuestros vasos y de nuestras botellas, mayores que nuestra sed. Volvía yo los ojos hacia los tuyos, querido amor mío, para leer en ellos mi pensamiento; me sumergía en tus ojos tan bellos y tan extrañamente dulces, en tus ojos verdes, habitados por el capricho e inspirados por la Luna, cuando me dijiste: «¡Esa gente me está siendo insoportable con sus ojos tan abiertos como puertas cocheras! ¿Por qué no pedís al dueño del café que los haga alejarse?»
¡Tan difícil es entenderse, ángel querido, y tan incomunicable el pensamiento, aun entre seres que se aman!
Charles Baudelaire - (París, 1821-id., 1867)

lunes, 13 de septiembre de 2010

Curiosidades del arte 6, por PG

Retratos (auto)

Son muchos, en la historia de la pintura, los casos de pintores que retrataron su propia imagen. Vincent van Gogh, Rembrandt y muchos otros se utilizaron a sí mismos como modelos en numerosísimas oportunidades. Pero lo que nos interesa en este apartado son aquellas obras en donde el artista se retrató a sí mismo dentro de un conjunto mayor, es decir, se colocó como un personaje que forma parte de una serie de elementos dentro de su pintura. Y esto ha logrado, en varios casos, hacerlo pasar desapercibido ante la mirada de más de un despistado espectador.

Diego de Velázquez
El caso más mentado es quizás el de Diego de Velázquez da Silva (Sevilla 1599- Madrid 1660), a quien no pocos recuerdan como personaje de su ilustre cuadro Las Meninas. El pintor observa al espectador vestido sobriamente de negro, cruz de Santiago al pecho, paleta y pincel en mano, a la izquierda del famoso óleo. No es el personaje central del lienzo, pero su figura no pasa desapercibida. Este óleo es de 1656 y, lo curioso, es que Las Meninas no es su verdadero título, el cual lo ha hecho notablemente famoso. El nombre original sería La familia de Felipe IV (así aparece en los inventarios de 1734) y pasará a conocerse con su nombre actual en 1843, cuando ya se encontraba en el Museo del Prado, donde aún puede visitarse.
Algún lector todavía puede preguntarse qué es una menina. El lienzo de Velázquez ilustra a la infanta Margarita, hija del rey español Felipe IV y Mariana de Austria, junto a sus damitas de compañía, o sea sus meninas. Además de estas jovencitas (doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco) están presentes en esa sala (real) del Alcázar de Madrid el propio Velázquez –como ya se dijo-, unos enanos, un perro y otras tres personas de la corte. Otra curiosidad es que los reyes están presentes en la imagen. Para verlos, el espectador tendrá que observar detenidamente el espejo que cuelga sobre la pared del fondo de la sala, en donde se adivinan las siluetas de sus majestades. De esta manera, Velazquez logró introducir a su pintura lo que naturalmente estaría fuera del campo de visión.
Queda tiempo para algunas curiosidades más. Hemos dicho que el pintor luce en su pecho la cruz roja de la orden de Santiago. Velázquez fuen nombrado caballero de esta orden en 1659, el año anterior a su muerte. Por lo tanto no fue él quien pintó esta insignia en su pecho sino que la misma fue colocada allí, tras su muerte, por orden del rey.
Diego Velázquez nos dejó la tarde del 6 de agostode 1660. Su amada esposa Juana lo siguió tan solo ocho días después. Los restos de ambos fueron depositados en la iglesia madrileña de San Juan Bautista. La misma sería arrasada durante la Guera de la Independencia tras lo cual nadie se preocuparía por recuperar los restos del pintor. Hoy en día, en el solar de dicha iglesia, se encuentra la plaza de Ramales. Una columna allí erigida en 1961 conmemora la última morada del glorioso Diego Velazquez.

Curiosidades del arte 5, por PG

William Shakespeare
¿Ser o no ser Willy?

Cuando se menciona a este célebre dramaturgo inglés nacido en 1564 en Stratford-upon-Avon (condado de Warwick, Inglaterra) se habla de él casi como un sinónimo de literatura inglesa. Y se recuerda, tarde o temprano, una de las frases más célebres de la dramaturgia (y la literatura toda), surgida hace varios siglos de la boca de uno de sus personajes: “ser o no ser, esa es la cuestión”. Traducciones posibles aparte, la cita de Hamlet (1598-1601) se la ha representado infinitas veces acompañada de una impostación especial del tono de voz, una postura corporal entre histriónica y ceremonial y el gesto –o la acción misma- de sostener en una mano una calavera. Y surge aquí la curiosidad. Porque sucede, como en otras ocasiones, que el personaje supera en fama a la obra y al autor mismo, y hablan de él aun quienes nunca entraron en contacto con la pieza teatral.
Quienes sí hayan leído o visto representada la pieza de Shakespeare sabrán que, durante el monólogo del “to be or not o be”, Hamlet no tiene en su mano calavera alguna. El príncipe de Dinamarca, quien se ve en la dura diyuntiva de asesinar o no a su madre y a su tío el rey, pronuncia dos extensos y profundos monólogos (y alguno más) a lo largo del drama shakesperiano. El primero de estos (acto III, escena IV) desarrolla el tema del “ser o no ser” el propio Hamlet quien deba vengar la muerte de su padre; el segundo, es el que habla acerca de lo efímero de la vida, del paso del tiempo, y este sí lo realiza Hamlet con la calavera de Yorick, antiguo bufón real, en su mano. Durante las primeras dos escenas del quinto acto, Hamlet y su amigo Horacio se encuentran en el cementerio con un sepulturero y mantienen un ingenioso diálogo humorístico (sí, lector, el drama shakesperiano contiene humor). Quien cava las fosas informa a Hamlet y a su amigo que el cráneo que pueden ver allí, junto a ellos, es el del otrora bufón, antiguo compañero de juegos del por entonces jovencísimo príncipe Hamlet. Es por esto que el protagonista toma la calavera en sus manos y, mientras recuerda las humoradas del viejo compañero en la corte, reflexiona sobre el pasado que se fue (tempus fugit, decían ya los romanos) y no volverá.
Lo del “ser o no ser”, es otra cuestión…

¿Cumpleaños feliz?

El nacimiento de William Shakespeare, como se menciona arriba, fue en el año 1564, aunque el día exacto es incierto. Sin embargo, se registra su bautismo el día 26 de abril de ese año en la iglesia de la Santísima Trinidad. No hay demasiada curiosidad en ello: la historia del arte está plagada de casos como este ya que lo registros civiles no estaban tan organizados como los actuales.
No sucede lo mismo con respecto a la fecha del fallecimiento del afamado dramaturgo y poeta inglés. El mismo falleció el día 23 de abril de 1616. Algunos autores sostienen que murió el día de su cumpleaños. Otros de los que hacen mención a esta fecha no pueden dejar de apuntar el dato curioso: el también dramaturgo, poeta y genial narrador español, Miguel de Cervantes Saavedra también murió un 23 de abril de 1616.
Pero la curiosidad no termina aquí.
¿Qué pensaría el lector si afirmamos que ambos escritores murieron el 23 de abril de 1616, pero no lo hicieron el mismo día?
El truco está en el almanaque: España e Inglaterra poseían calendarios diferentes por aquel entonces, ya que en la tierra natal de William no se había puesto en práctica la reforma gregoriana. Shakespeare murió en realidad diez días después que Cervantes (el 3 de mayo del actual calendario).

jueves, 9 de septiembre de 2010

Pensamiento del Dr. Adrian Rogers (1931)

Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo..
El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona.
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso... mi querido amigo...

...es el fin de cualquier Nación.
“No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.

Día del Docente

‎"Si hacés planes para un año, sembrá arroz. Si hacés planes para dos lustros, plantá árboles. Si hacés planes para toda la vida, educá una persona."
Felicidades a todos los que enfrentan la tarea de educar, sus molinos de viento, sus utopías y sus esporádicos placeres.
Pablo

jueves, 19 de agosto de 2010

Curiosidades del arte 4, por PG

Leonardo da Vinci (1452-1519):

Hora de cenar

Una de las pinturas más famosas del artista nacido en la aldea toscana de Vinci (ciertamente, ese es el significado de lo que conocemos como su “apellido”) es La última cena. Esta es un fresco que se encuentra pintado en una pared del refectorio (salón comedor) del monasterio de Santa Maria delle Grazie en Milán. La recordada escena creada por Leonardo muestra a Jesús y a sus doce apóstoles durante la cena de pascua, más precisamente en el momento en que Cristo anuncia que uno de ellos pronto lo traicionará.
Hoy en día, el estado de conservación de la pintura no es óptimo debido a los materiales que utilizó Leonardo. El artista era un gran experimentador, lo que hoy en día llamamos un científico, y sus obras eran el “laboratorio” en donde probaba sus nuevas técnicas. El temple (pintura no al óleo) utilizado por Leonardo no es tan resistente al paso del tiempo y, por esta razón, este fresco de Da Vinci se deteriora con el paso del tiempo y necesita de constantes curaciones.
A principios de este nuevo siglo XXI, este fresco captó nuevamente la atención del público masivo gracias a una novela best-seller y su posterior adaptación al formato cinematográfico. Las teorías del novelista –quien no hace más que literatura, o sea ficción- propusieron el debate sobre temas concernientes a la religión católica y a la figura de su fundador, Jesucristo. Lo interesante, desde el punto de vista artístico, es que en el análisis que se realiza de la pintura de Leonardo en la novela, se toma como punto de partida una supuesta omisión del artista: da Vinci habría olvidado colocar vasos o copas sobre la mesa. A partir de esta equívoca afirmación como base, la novela edifica una teoría acerca de Cristo y María Magdalena que se torna sumamente débil ya que, si se observa atentamente la mesa vestida por un mantel blanco, se verán sobre ella algunos vasos de vidrio con un líquido rojizo (vino posiblemente) en su interior. Uno de ellos, por ejemplo, inmediatamente a la derecha de la mano izquierda de Cristo.
Otro detalle sobre esta obra, visible incluso en algunas reproducciones, puede observarse debajo de la mesa, en la parte central. Luego de que Leonardo pintara el fresco con sus comensales (nótese que es una imagen de personas comiendo realizada en un comedor), los monjes realizaron una abertura en el muro para colocar una puerta, justo debajo del trabajo de da Vinci. Puede resultar increíble para nosotros que se dañara así una parte, por más pequeña que sea, de la obra del maestro italiano. Por lo tanto, las extrañas líneas y marcas que el espectador atento observa debajo de la mesa no son más que el dintel de la puerta antes mencionada. Para quienes tuvieron el placer de contemplar en directo el fresco, el asombro de una antigua puerta en ese lugar es, tal vez, aún mayor.

Curiosidades del arte 3, por PG

Miguel Ángel Buonarotti: un artista completo

El escultor que pinta
Cuando el papa Julio II pensó en alguien que pintara la bóveda de la capilla Sixtina (Vaticano) no pudo sino poner sus ojos en Miguel Ángel, a quien tiempo atrás había encargado que realizara un grupo escultórico de varias figuras para la propia tumba papal. Pero, a pesar de tamaño encargo que gustaba sobremanera al artista, el pontífice pensó que el techo de la capilla Sixtina (utilizada, por ejemplo, para reunir al cónclave) era una tarea prioritaria.
Miguel Ángel fue notificado por el propio Julio II del cambio de planes: la idea era que el artista pintara las figuras de los doce apóstoles de Cristo en la amplia bóveda del templo. Buonarotti se enfureció por este cambio y pidió al papa que lo dispensara de tal tarea, argumentando que lo suyo eran las esculturas y no los frescos. El obstinado pontífice (tan famosamente testarudo como el artista) se negó a cambiar de planes y obligó contractualmente a Miguel Ángel a realizar la obra. Buonarotti firmó el contrato (el cual, dicho sea de paso, no cobró en tiempo y forma) como “Miguel Ángel, el escultor”...
De "yapa", aquí dejamos un poema esculpido por la pluma de Buonarotti:

No espere –afirma el pueblo- recompensa
el hombre que mal obra o que mal piensa.
Mucho sufrí contigo y muy mal hice
privándome de mí cuando te quise.
No aspiro a ser fénix que a la intensa
llama vuelve: mi edad bien me lo dice.
Pero gozo mi pena y mi extravío:
soy más de mí con vos, que siendo mío.

Extraído de la sección correo sentimental , consejos de José María

Estimado José María,
Espero que usted pueda ayudarme. El otro día, salí de casa para mi trabajo, dejando a mi marido que miraba televisión.
No había recorrido un kilómetro de distancia , cuando el motor del auto se detuvo sin que hubiera manera de que volviera a arrancar. Decidí entonces volver a casa caminando para pedirle ayuda a mi marido.
Al entrar a casa, no podía creer lo que veían mis ojos ¡MI MARIDO, EN NUESTRO DORMITORIO, CON LA HIJA DE NUESTROS VECINOS!
Tengo 36 años, mi marido tiene 40 y la hija de nuestros vecinos 21. Estamos casados desde hace 10 años. A mi me vino un ataque de cólera y él, abatido y en sollozos, me confesó que tenían una relación desde hacía seis meses. No obstante ello, él se niega a acompañarme a ver un psicólogo consejero conyugal. Estoy completamente destruida y necesito con urgencia su consejo.
¿Podrá usted ayudarme?
Isabel

Querida Isabel,
Hay muchísimas razones por las cuales el motor de un vehículo puede detenerse después de haber recorrido una corta distancia. Comience por verificar si la manguera por la que llega la nafta no está obstruída. Si no fuera el caso, verifique el funcionamiento de la bomba de nafta y los cables de la bobina. Si esto no resuelve la falla, habrá entonces probablemente que cambiar la bomba de nafta misma que, por lo que a mí me parece, puede no estar proporcionando a los inyectores la suficiente presión.
Espero haberle sido útil.
José María

lunes, 16 de agosto de 2010

Curiosidades del arte 2, por PG

James Joyce (1882-1941)

Ulises y la novelística moderna

La novela Ulises es, quizás, no solamente la obra cumbre de este autor irlandés sino también la novela máxima del siglo XX. Tal suposición nace de su significación para el mundo literario. Así como El Quijote cervantino es, para algunos críticos, la inauguración de la novela moderna, el Ulises de Joyce (de 1922) es también una bisagra literaria: se ha transformado en un antes y un después en la manera de escribir la narrativa.
Otra coincidencia que puede mencionarse entre los autores es el hecho de que tanto Joyce como Cervantes se encontraban, al momento de la publicación de sus novelas, en un estado económico deplorable. Una escritora amiga de Joyce, Sylvia Beach, fue quien proveyó el dinero para la primera publicación de la obra capital del autor irlandés. A esta singular editora debe Ulises no solamente su paso por la imprenta, sino también su cruce al otro lado del Atlántico. La novela de Joyce había sido declarada en los Estados Unidos como una obra obscena e ininteligible, y por este motivo el primer envío de copias a Norteamérica fue confiscado. Beach no se dejó amedrentar por esto y continuó los envíos del Ulises oculto por tapas de las obras completas de Shakespeare.
El Ulises de Joyce narra los hechos acontecidos en Dublín a Leopold Bloom y a Stephen Dedalus el 16 de junio de 1904. Un día cualquiera… O no tanto. Joyce eligió esa fecha debido a que fue el día en que, por primera vez, se encontró con Nora Barnacle, quien más tarde fuera su pareja. Bloom y Dédalus son personajes autobiográficos, reflejo dual de la personalidad del autor: el primero representa al viejo Joyce; el segundo, al joven.
Dos curiosidades en relación a los personajes:
A Leopold Bloom debemos el Bloomsday: todos los 16 de junio, quienes honran la memoria de Joyce se reúnen a celebrar esta fecha, generalmente con una buena cerveza irlandesa de por medio.
Con respecto al joven Stephen, se pueden destacar dos cosas. La primera es que este no es un personaje nuevo sino que pertenece a otro libro del autor: “El retrato del artista adolescente” (A portrait as a young man artist). Al final de esta excelente novela, Joyce hace viajar a Stephen hacia Dublín, ciudad en donde, como arriba se dijo, transcurren las escuetas acciones del Ulises. El joven Dédalus es, por lo tanto, una suerte de puente entre ambas novelas. La segunda cuestión a destacar es el significado de su apellido. Dédalo es, en la mitología griega, el creador –entre otras cosas- del laberinto que encerró al Minotauro hasta su muerte en manos del héroe Teseo. A lo largo de la novela joyceana, Stephen es un estudiante adolescente con aspiraciones a escritor que se busca a sí mismo y a su capacidad de comprender y crear el arte. Esta búsqueda es un derrotero intrincado, laberíntico para un muchacho, como muchos jóvenes de su edad, confundido, avergonzado de su familia y demás cuestiones que lo hacen deambular por los inciertos pasillos de su vida. He ahí la relación del apellido de Stephen con el inventor griego.
Temiendo caer en una obviedad, resulta casi imperiosa una comparación más entre el Ulises y su obligado intertexto. Ulises (Odiseo), como posiblemente sepa el lector, es el héroe de La Odisea, obra épica atribuida a Homero. No es casual que este personaje diera nombre a la novela de Joyce, ya que también el héroe griego sufre un largo camino a casa (la isla Ítaca, su tierra natal) tras la caída de Troya. El Ulises homérico deberá deambular perdido en los laberínticos mares durante diez años antes de llegar al encuentro de Penélope, su amada y paciente esposa.
Por todo esto puede decirse que las novelas de Joyce –como tantas otras dentro del apasionante mundo de la literatura- están plagadas de signos que remiten a otras obras literarias, a otros personajes, a la vida misma…

Curiosidades del arte 1, por PG

Arthur Conan Doyle (¿o Sherlock Holmes?)

Elemental, mi querido lector

Todo aquel que conozca la aplomada figura del célebre detective inglés Sherlock Holmes recordará, seguramente, una de sus frases más famosas: “elemental, mi querido Watson”. Dirigida a su no menos conocido y respetado ayudante, el doctor en medicina John H. Watson, la cita encierra nuestra primera curiosidad: Holmes no pronuncia dicha frase en ninguna de las obras escritas por Arthur Conan Doyle: la misma es, como tantos otros ríos que corren paralelos al de la literatura, un invento del cine de Hollywood.

Holmes, Watson y el 221 B de Baker Street

El primer texto de Conan Doyle que presenta a sus más famosos personajes es la novela titulada A Study in Scarlet -“Estudio en escarlata”- de 1887. El título hace referencia a que Holmes y su reciente compañero Watson deberán seguir la pista del delito a partir de un rastro de sangre: un “estudio”, entonces, en rojo escarlata.
Esta novela posee como narrador al propio Watson, lo cual será una constante en el resto de los relatos policiales de Conan Doyle. John Watson relata las vicisitudes de su vuelta a la vida en la ciudad tras estar en la guerra en calidad de médico del quinto regimiento de fusileros del ejército inglés. Producto de los combates en Afganistán, su hombro es alcanzado por una bala en la batalla de Maiwant. Esta herida será su boleto de retorno a la capital inglesa.
Una vez en Londres, y luego de despilfarrar unas cuantas libras en la buena vida, cosa que haría cualquiera de nosotros, Watson buscará un compañero de vivienda para economizar sus gastos, lo que también realizaríamos muchos de nosotros... Un tal Stamford le presentará nada menos que a Sherlock Holmes, quien convidará al médico a visitar una vivienda que se anuncia disponible en la calle Baker.
En este punto hay dos curiosidades para destacar. El primero es el tristemente célebre caso del joven Stamford: fue él quien unió a, quizás, la más famosa y fructífera pareja de detectives ingleses y esto ha sido olvidado por la mayoría de los admiradores del género. El segundo dato a destacar es que esos aposentos que Holmes ofrece ver a Watson (221B de Baker Street) serán uno de los domicilios más famosos de la literatura. Y algo más.
Desde el año 1932 (y hasta hace muy poco) funcionó en la famosa dirección un banco, el Abbey Nacional Bank. A esta entidad le llueven cartas dirigidas al Sr. Sherlock Holmes para que este resuelva algunos misterios que se les presentan a quienes escriben. Desde allí, una secretaria ficticia responde los mensajes alegando que, por el momento, el detective se encuentra retirado de la actividad en la localidad de Sussex. En 1999, Abbey National colaboró con la creación de una gran escultura de bronce del detective, ubicada hoy en la entrada de la estación Baker Street del subterráneo londinense.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Frase de actualidad

"Los grandes hombres hablan sobre ideas, los hombres promedio hablan sobre cosas, y los hombres pequeños hablan sobre ... otros hombres".

Piensen sobre qué cosas habla cada persona que trabaja en los medios de comunicación, cada compañero de trabajo y, por qué no, sobre qué hablamos cada uno de nosotros cotidianamente...

jueves, 22 de julio de 2010

FRAGMENTO DE ARTICULO SOBRE MARADONA, ESCRITO POR JAIME BAYLY, PERIODISTA PERUANO

Maradona es arrogante, y más que arrogante, ignorante, y más que ignorante, agresivo en su ignorancia. Fue un virtuoso como jugador, pero no es un hombre inteligente, no es siquiera medianamente inteligente. Es un hombre lleno de complejos y resentimientos, un hombre turbado por las bajas pasiones, un enfermo en permanente rehabilitació n, un hombre incapaz de ser humilde y escuchar las críticas y razonar serenamente. Es un hombre endiosado y adulado y por tanto un hombre engañado y mal informado. No posee inteligencia natural para razonar el juego del fútbol, como no posee inteligencia emocional para gobernar y expresar sus pasiones. Ama a sus hijas pero no reconoce a su hijo italiano. Ama y adora a Chávez y a Fidel Castro porque los gringos no le dieron la visa para ir a Disney. Se pelea hasta con su sombra. Está siempre molesto, crispado. Cuando la prensa critica el mal juego de su selección, se enfurece y dice bravuconadas de matón. Cuando clasifica a duras penas al mundial, sale con procacidades: que me la mamen ahora los que me criticaron. Pues ahora ¿quién es el mamón, quién debe mamársela a quién? Porque, por lo visto, quienes criticaron la natural incompetencia de Maradona para ejercer un cargo para el que no daba la talla (el entrenador de fútbol tiene que ser, ante todo, un estratega, y un estratega tiene que ser, ante todo, un hombre inteligente) tenían la razón. Maradona nunca debió ser entrenador de la Argentina porque no está dotado de las mínimas facultades para desempeñar ese cargo.
Es comprensible que sus compatriotas lo amen con desmesura y prescindiendo de toda razón debido a las alegrías que Maradona supo darles como jugador de fútbol; es menos comprensible que ese amor los turbe y enceguezca al punto de no advertir lo que ya en las eliminatorias parecía evidente, y aun antes: que Maradona nunca será un buen entrenador porque si no puede gobernar su vida, sus palabras, sus turbias pasiones, sus odios y complejos y resentimientos, menos podría gobernar a la selección argentina.
El fracaso de la Argentina ante Alemania puso en evidencia esa simple verdad: que el mariscal que comandó al regimiento argentino estaba lastrado por la torpeza, la ineptitud y la arrogancia. Como consecuencia de ello, no eligió a sus mejores hombres, sino a sus mejores amigos. Como consecuencia de ello, Alemania destruyó a un aturdido batallón argentino y humilló a quien se creía Napoleón.

miércoles, 9 de junio de 2010

Accidentes y fetichismo

A todos los que manejamos seguramente nos sucedió, en alguna oportunidad, el hecho de quedar atorados en una autopista. Más de una vez, en estas vías supuestamente más rápidas para movilizarse, nos trabamos auto contra auto a lo largo de varios kilómetros demorándose así nuestro viaje más de la cuenta.
El motivo más frecuente de estos embotellamientos son los accidentes viales, tales como los choques o, simplemente, la rotura de algún vehículo. Cuando estos bloquean algún carril de la autovía, es absolutamente normal que el tránsito se haga más lento, se entorpezca.
Sin embargo sucede, en la gran mayoría de los casos, que el accidente no produce ningún bloqueo: los vehículos que intervinieron en el siniestro están a un costado de la vía, en la banquina o, a veces, ya arriba de una grúa. Incluso en algún carril del sentido contrario al nuestro. En todos estos casos, el atasco es en realidad resultado de los impertinentes curiosos que desean, morbosamente, “ver qué pasó”.
¿No les parece increíble que todo el tránsito se demore a causa de personas que, simplemente, tienen el fetiche de observar la desgracia ajena?
Realmente es ilógico que se generen más peligros (un embotellamiento puede generar aún más accidentes) por el solo hecho de poder ver lo que sucedió. Incluso, cuando el “interesantísimo” episodio no es más que una pinchadura de neumático.
Las personas que detienen su marcha para observar un accidente solamente piensan en sí mismas. No se preocupan por los tiempos de los demás ni por las posibilidades de generar otra desgracia. Tal vez sea que sienten una especie de alegría al contemplar la desgracia ajena, como una especie de catarsis propia del drama griego. Cualquiera sea el motivo, ninguno es suficientemente válido para justificar la egoísta actitud.
La cuestión está planteada, pero parecería no tener solución desde el lugar de toma de conciencia o de reglamentación vial. La solución debe llegar desde otro lugar: quizás desde la educación o desde la ética. En una sociedad en donde no hay valores claros, establecidos por alguna entidad con autoridad moral, es muy difícil que alguien comprenda la simplísima idea de que sus acciones deben ser tales que no perjudiquen a terceros.

viernes, 14 de mayo de 2010

TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO. Entrevista realizada por Víctor Amela a Moussa Ag Assarid

No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, ¡sin papeles!..
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo
- ¡Qué turbante tan hermoso...!
- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...
- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.
- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.
- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!
- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.
- Saber eso es valioso, sin duda...
- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!
- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
- Vi correr a la gente por el aeropuerto... ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.
- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
- Y lo logró.
- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.
- ¡Un tuareg en la universidad. ..!
- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.
- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
- Qué paz...
- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

sábado, 8 de mayo de 2010

Niño mono: el mito hecho realidad

Viernes 08 de octubre de 1999
La increíble historia de un chico ugandés que fue criado por monos


CANTARÁ CON UN CORO EN GRAN BRETAÑA
A los 3 años lo abandonaron en la selva. Se lo creía muerto, pero vivió 3 años con una manada de monos Lo rescataron en 1991. En su readaptación aprendió a cantar. Ahora tiene 14 años y una voz maravillosa

FANTÁSTICO.
John Ssabunnya, el mito de Tarzán que se convirtió en realidad. (…) Un adolescente ugandés que, tras haber sido criado por monos, cantará en Gran Bretaña. Lo hará como integrante de un coro de 20 chicos africanos, una experiencia que lo ha ayudado a acercarse a la civilización. Probablemente John Ssabunnya, de 14 años, haya presenciado el asesinato de su madre, en 1988. Tenía 3 años cuando fue abandonado en la selva. Su padre desapareció, y en la tribu pensaron que el niño había muerto. El segundo capítulo de la historia (…) ocurrió en 1991, cuando una manada de monos Vervet fastidiaba a un grupo de mujeres que recogía leña en un claro de la selva. Les llamó la atención un simio muy sucio, que chillaba y corría en cuatro patas como los demás, pero sin pelos en el cuerpo. Las mujeres volvieron al poblado con la noticia, y la tribu entera fue al claro para cazarlo. Atado a un árbol, gritaba espantado ante los rostros humanos. Los monos intentaron rescatarlo, y hubo que ahuyentarlos a pedradas. Finalmente fue enviado al orfanato cristiano Kamuzinda, a 160 kilómetros de Kampala, la capital de Uganda, donde viven 1.500 chicos. Un miembro de la tribu lo identificó como el chico que había desaparecido tras la muerte de su madre. Se logró ubicar al padre, pero éste se negó a reconocerlo: John se había acostumbrado a trepar a los árboles y a hacer los mismos gestos que los monos, que lo habían alimentado con frutas, nueces y bayas. Se cree que el padre murió poco después, en la guerra civil. El tercer capítulo de la vida de John fue aún más duro. "Estaba desnutrido, lleno de parásitos y cicatrices, y había olvidado su lengua", relató El País de Madrid, en un anticipo del documental. Estaba deprimido y se iba a los rincones para comer.Molly y Paul Wassuna, los directores del orfanato, terminaron adoptándolo. Pero necesitaban ayuda, y recurrieron a Douglas Candland, un psicólogo estadounidense de la Universidad de Buckneell, Pennsylvania, considerado como una eminencia mundial en conducta animal. Candland creyó en la existencia de un Tarzán ugandés recién cuando estudió toda la documentación. Intrigado, viajó al Africa, donde se le unió Debbie Cox, directora de un albergue para animales salvajes en Uganda, experta en devolver a su hábitat a los monos cazados clandestinamente. El chico no terminaba nunca de adaptarse ni lograba hablar correctamente. Pero tenía muy buena voz, y se pensó que el canto podía ayudarlo a volver al mundo que había abandonado de pequeño. El último capítulo de la historia de John comenzó con su encuentro con Hillary Cook, una odontóloga de Sheffield (Gran Bretaña). Hillary estaba recorriendo Uganda, ofreciendo atención dental a uno de lospueblos más pobres del mundo. Cook colaboró en la organización de la gira británica del Coro de Niños La Perla del Africa (…) "John aún sigue hablando en voz baja -comenta la odontóloga-. Pero cuando canta, tiene una voz maravillosa". Este año, el chico volvió a reunirse con un grupo de monos. Candland y Cox quedaron atónitos: el chico sabía cómo comunicarse con los simios, y se encontraba a gusto con ellos. Los expertos decidieron entonces intentar descifrar el lenguaje que compartieron el hombre y el mono.

jueves, 6 de mayo de 2010

Yo jamás fui niño, de Fortunato Ramos

Mi sonrisa es seca y mi rostro es serio,
mis espaldas anchas, mis músculos duros,
mis manos partidas por el crudo frío,
sólo ocho años tengo, pero no soy niño.
Detrás mis ovejas ando por el cerro
y cargau mi leña bajo hasta mi puesto
a soplar el fuego, a mismiar mi soga,
y no tengo tiempo para ser un niño.
Los años caminan y todo es lo mismo,
moti, sal con lechi son mis caramelos
mi juguete un chivo o el perro ovejero
poco tiempo tengo, pero no soy niño.
Mi avión de juguete es un cuervo viejo,
mi camión, un burro de trotar muy lento;
mi amigo es el zorro que roba mis cabras
y es todo mi consuelo de poder ser niño.
Mi rostro es de viejo y mi andar de agüelo,
mis callos partidos por piedras del cerro,
mi poncho, rotoso por el fuerte viento,
todo eso me dice que no soy un niño.
¡Y no hay reyes magos,
no hay Día del Niño,
jamás tuve suerte
de poder ser niño!

sábado, 1 de mayo de 2010

Argentinos destacables

Fortunato Ramos, poeta, músico y maestro de Humahuaca

Quien haya visitado alguna vez la ciudad de Humahuaca (Jujuy), famosa por su imponente quebrada, se habrá topado con algo mucho más pequeño pero no por eso menos llamativo. Ni bien el viajero pone un pie en la plaza principal, una bandada de changuitos (niños humahuaqueños) lo rodean serviciales y lo apabullan con una ametralladora de preguntas (“¿De dónde viene? ¿Primera vez que viene a Humahuaca? ¿Le gusta?”) lo cual culmina, siempre, con la hermosamente ineludible: “¿quiere que le recite una copla?”. Ante la atónita aceptación del turista, el changuito recitará –como agua de manantial- los versos creados por un poeta local, Fortunato Ramos. Este ignoto vate jujeño, orgullo de Humahuaca, es un maestro rural, recitador, músico regional y labrador de la tierra. Así lo presenta la contratapa de su libro Costumbres, poemas y regionalismos (2003). De la mano del afamado charanguista Jaime Torres, Ramos ha recorrido el mundo entero para llevar su arte y nuestras costumbres a otros continentes. También el mundo del rock nacional, a través del grupo Divididos, le ha provisto un espacio para el desarrollo de su música ¿Usted lo conoce? Los niños de Humahuaca sí, y celebran su arte y nuestra tradición cada vez que, a cambio de una moneda o de unos caramelos, algún azorado turista lo posibilita a modo de mecenas. Y Ramos, como si fuera un agradecimiento más que un homenaje, escribe sobre estos changuitos, quienes quizás no sean nunca estudiantes universitarios, pero que son capaces de conmover hasta la última fibra del cuerpo de aquellos que escuchan salir de su boca versos como “Mi sonrisa es seca y mi rostro es serio / mis espaldas anchas, mis músculos duros / mis manos partidas por el crudo frío / sólo ocho años tengo, pero no soy niño”.

viernes, 23 de abril de 2010

Dolina acerca de las declaraciones de Maradona

"Una oyente dice: 'Estimado Dolina, ¿ya no defiende más a Maradona? ¿O acaso ya no hay ningún Sargento Cruz? Vea: Usted ayudó a alimentar al monstruo que tan bien nos hace quedar ante la prensa mundial. Cordialmente. Ingrid Hammer'.
Mi respuesta es SÍ. Yo he resuelto -después de un extravío- bancar a Maradona en esto. ¿Sabe por qué? Por personas como usted. La indignación burguesa que sucedió al exabrupto de Maradona fue totalmente patética y asqueante. Un mundo totalmente hipócrita, el mundo de la radio, donde se escucha eso mismo que Diego dijo bajo emoción violenta, pero libreteado (y en la televisión ni hablemos), ese mundo se indignó. Esos tipos se indignaron. Y esa indignación burguesa me hace ponerme inmediatamente en la vereda de enfrente.
Y lo que un tipo dijo, obnubilado por el momento, por la emoción, por su propia historia, y por su propia condición, después fue repetido ad nauseam por todos los noticieros, con subrayados, subtitulados, duplicaciones, ampliaciones y circulación por Internet, por tipos que no estaban ni obnubilados, ni en estado de emoción violenta, ni perturbados por ninguna cosa, sino que lo planearon diecinueve mil veces. Esos tipos ahora se ponen en la superioridad moral de preguntarme a mí si lo defiendo a Maradona. Bueno, sí, lo defiendo. Si es contra ustedes, lo defiendo. Lo defiendo totalmente.
Y eso de "que tan bien nos hace quedar ante la prensa mundial"... ¡Cipayos provincianos que quieren quedar bien con sus supuestos amos europeos! ¡Yo no tengo ningún interés en quedar bien ante la prensa mundial! ¡No es ésa nuestra obligación! ¿Qué tenemos que quedar bien ante nadie? ¿Ante quiénes? ¿Ante gobiernos que aniquilan a sus enemigos? ¿Ante quién tenemos que quedar bien? ¿Dónde está la Fiscalía del Universo? ¿Dónde está la reserva moral de la Humanidad? ¿En Estados Unidos? ¿En Europa? ¡Déjeme que me muera de risa, Ingrid Hammer!
Y otra cosa: muchas veces, pero muchas, en los medios se dicen cosas muy interesantes. Yo he escuchado casi revelaciones, a veces, dichas por tipos a los que yo admiro mucho. A veces son intelectuales, como, no sé, el finado Casullo, o Dubati, o José Pablo Feinmann, tipos que realmente tienen un pensamiento interesante. Otras veces son artistas, o incluso locutores, del calibre de Larrea, o de Carrizo, tipos que por ahí dicen cosas que te hacen decir "pero mirá que bien pensó éste". Bueno, a esos NUNCA, nunca los vi duplicados en los noticieros, con subtitulados y subrayados. No los vi nunca porque a esta gente no le interesa el pensamiento ni la inteligencia, le interesa la BASURA. Y entonces Maradona dice esto y ellos lo repiten ciento diez mil veces. Eso es un asco.
Así que ¿a qué jugamos? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto de indignarse, de enojarse y de sorprenderse? Lo dice un Senador de la Nación, y es un piola. Lo dice Maradona, y aparece todo el racismo, todo el desprecio por los pobres, aparecen los de siempre, los muchachos de siempre, a indignarse: ¡oh, la cultura! ¡Nuestro embajador! ¿Qué embajador? Es Diego Maradona, viejo. Los que tienen que ser cultos son ustedes, no él. Él tiene que dirigir la Selección de Fútbol, y si lo eligieron a él, bueno, es ése, y no Pancho Ibáñez. Así que sí, lo defiendo a Maradona. Ante usted lo voy a defender siempre”.

Cuatro “ismos” que nos deterioran por Eduardo Cazenave.

El país, y algunos de sus vecinos, atraviesan una crisis social, fundamentalmente de valores, que podría resumirse en cuatro "Ismos": relativismo, facilismo, egoísmo y mesianismo. A cada uno de estos, deberíamos contraponer un valor y una estrategia para modificarlo.
Relativismo. Cuando el bien es relativo, las normas son todas discutidas y, generalmente, se aplican para el otro, nunca para mí. De allí, el continuo desorden social que impera en nuestro país, el atropello de los cortes de ruta y de calles, las faltas de respeto de los jóvenes a los adultos y de los adultos a las instituciones.
Ahora bien, cuando la verdad es relativa, ¿qué sentido tiene la investigación y la ciencia? ¿Qué valor tiene leer historia, literatura, filosofía, las ideas de los grandes autores? La educación y la ciencia se basan en la verdad, en que vale la pena buscarla, discutir sobre ella para encontrarla juntos, respetando siempre otras opiniones. Implica, también, sabemos humildemente ignorantes frente al enorme universo por descubrir.
Facilismo. Se sigue directamente de lo anterior. Si hay verdad, hay que esforzarse en buscarla. Si hay bien, hay que exigirse para alcanzarlo. Cuando todo da igual, aparecen los títulos truchos, la búsqueda del "zafar", o los programas de TV que incentivan la fama por hacer nada frente a las cámaras. Nos venden recetas para adelgazar rápidamente, para aprender inglés durmiendo... todo sin dolor, componente educativo fundamental para el sano desarrollo de cualquier persona.
Digámoslo de manera simple: lo bueno siempre cuesta. Cuanto mejor sea algo, mayor el esfuerzo exigido, tanto en el campo de la educación como en la vida diaria. En los colegios, debemos volver a la cultura del esfuerzo, premiando no sólo los resultados, sino también el sudor relativo que cada alumno depositó en la búsqueda de alcanzar el saber.
Egoísmo. Si todo es relativo, si pretendemos tener todo a mano y sin esfuerzo, es evidente que primero está uno mismo. Se prioriza el bien individual por encima del bien del otro. Y aquí apareció el valor que hay que promover: el bien común. Respetando siempre los derechos individuales (la libertad, la propiedad privada, el libre pensamiento), este valor es buscar un bien que es superior al royo y al mío, y que nos define como seres sociales. Desde esta perspectiva, descubrimos el respeto por aquello que es de todos (la calle, la vereda, las plazas) y que deja de ser de nadie. Hay que volver educar en el sentido pleno y verdadero del Bien Común. Aquel bien semejante a la orquesta que busca, valorando y respetando las diferencias de cada instrumento, sonar, entre todos, una misma sinfonía, mientras cada uno la valora como propia.
Mesianismo. La sociedad no será salvada por un gobernante milagroso. La educación no será reconstruida por una nueva ley. El país será cambiado entre todos, mientras que el gobernante de turno sólo dirigirá, cada tanto, el barco. Los niños serán educados, especialmente, por los padres. Los colegios los ayudarán, de a ratos. Sólo podremos cambiar la sociedad si nos involucramos todos en la educación de valores como la verdad, el bien común, el esfuerzo y la participación ciudadana.
La era del mesianismo debe considerarse terminada. Las recetas mágicas no han dado resultado. Habrá naciones nuevas, crecientes y solidarias, solamente si las construimos entre todos.

jueves, 22 de abril de 2010

Carpe diem (aprovecha el día, disfrutalo, vivílo)

Horacio: Carminum 1, 11 (carpe diem). Le dice a su mujer que no pretenda conocer lo que el futuro le depara. Es invierno afuera, han encendido la chimenea...

"No seas loca, filtra tus vinos/y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga. /Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo. / No fíes del incierto mañana".

El zodíaco en la mitología griega


Que nos pregunten de qué signo somos es, generalmente, signo de que nuestro interlocutor no sabe de qué demonios hablarnos. Para este tipo de tediosas situaciones, he aquí una tangente ilustrada por donde escalar hacia una conversación más interesante. Si esto no funciona, será conveniente argumentar una indisposición estomacal que nos conduzca, prestos, al toillete más cercano…

Los signos zodiacales tienen su origen en la mitología griega. He aquí las explicaciones de los mismos.

ARIES: el carnero. Hijo de Poseidón y Teofane, nacido con una piel de oro (el vellocino de oro que buscarán Jasón y los argonautas).
TAURO: es la representación del toro en que se convirtió Zeus para raptar a Europa. Esta, para escapar de los deseos ardientes del dios del rayo, se disfrazó de vaca y Zeus debió perseguirla por todo un continente (de ahí su nombre) hasta alcanzarla.
GEMINIS: los gemelos divinos Castor y Pólux, hijos de Zeus y Leda, hermanos de Helena de Esparta y Clitemnestra. Helena es más conocida como “de Troya”, ya que fue ella la esposa de Menéalo, rey de Esparta, raptada por Paris, príncipe troyano.
CANCER: cangrejo del pantano de Lerna, que mordió a Heracles (el forzudo Hércules) en el talón, en su lucha con la Hidra de Lerna. Hera, esposa de Zeus, lo llevó al cielo para recompensarlo por su colaboración. Recuerden que Hera odiaba a Heracles ya que éste era fruto de una relación extramatrimonial de Zeus.
LEO: es el león de Nemea, vencido por Heracles en uno de sus doce trabajos (trabajos que debió realizar el héroe como castigo). El león tenía una piel indestructible, por lo que ni las flechas de Heracles ni su espada hacían mella en este. El héroe debió ahorcarlo con sus potentes brazos, tras la muerte del felino, Heracles le quitó las garras y con ellas pudo cortar la durísima piel con la que, luego, confeccionó para sí una suerte de tapado-armadura.
VIRGO: Son tres las posibles representantes femeninas:
Erígone, hija de Icario, amada por Dionisos, con el cual tuvo a Estáfilo (el Racimo).
Partenos: hija de Apolo y Crisotemis, transformada en constelación por su padre.
Astrea: hija de Temis y Zeus, es la diosa de la justicia, la última en dejar la tierra cuando se instala la edad de hierro y la primera en volver, en la renovación de los ciclos que empiezan con la edad de oro.
ESCORPIO: el escorpión que picó en el talón a Orión, cuando intentaba violar a Opis, compañera de Artemisa. La diosa lo premió con la inmortalidad. Por eso Orión huye de Escorpión.
SAGITARIO: alude a la flecha con la que Apolo mató a los Cíclopes (gigantes de un solo ojo), quienes habían fabricado el rayo con el que Zeus mató a su hijo, Esculapio.
CAPRICORNIO: la cabra Amaltea, nodriza de Zeus en el monte Ida de Creta, donde había sido ocultado por su madre Rea, después de engañar a Cronos. O sea: Cronos se tragaba a sus hijos porque sabía que uno de ellos lo destronaría. Rea, tras parir a Zeus y harta ya de que su marido se comiese a sus hijos, le entrega a este una piedra envuelta en pañales. Así, Zeus se salvó y permaneció escondido –amamantado con leche de cabra- hasta que tuvo la edad suficiente para hacer cumplir la profecía.
ACUARIO: Ganimedes, joven troyano de extraordinaria belleza, raptado por Zeus y convertido en inmortal. En el Olimpo, oficia de copero de los dioses. O sea, un mozo o barman de las deidades.
PISCIS: son los peces (delfines) que salvaron a Arión, famoso cantor, hijo de Apolo, quien había sido capturado por piratas.
LIBRA: Astrea, la diosa de la justicia, lleva en su mano una balanza que representa esta constelación

De yapa
Meses del año: el significado de sus nombres.

Enero: (Ianuario) por Jano, dios bifronte (de dos caras). Enero mira hacia el año que pasó y hacia el que viene.
Febrero: (Februarius) por februa (purificacuines ritualea). Mes de las fiebres en Europa.
Marzo: por el dios Marte, dios de la guerra (de aquí, “artes marciales”)
Abril. por aperire, "abrirse las flores" (primavera europea).
Mayo: por Maya, diosa antigua, esposa de Vulcano y después asimilada a la Maia griega, madre de Hermes; o quizás y también probable, por "maior" (mayor) porque las cosechas estaban ya crecidas en esta época del año.
Junio: por Juno (nombre latino para Hera, esposa de Zeus).
Julio: por Julio César, general romano, conquistador de las Galias.
Agosto, por Augusto Octavio, primer emperador romano (siglo I d.C.)
Septiembre, por ser el séptimo mes.
Octubre, por ser el octavo mes.
Noviembre, por ser el noveno mes.
Diciembre, por ser el décimo mes.
Es curioso que el año no comenzara en enero, sino en marzo, con la primavera. Por eso nuestro mes de diciembre es el décimo. En el año 157 se decidió hacerlo comenzar en enero, por ser el mes en que asumían los cónsules y los años llevaban el nombre de los mismos y así se simplificaban las cosas. Julio reemplazó al mes quintilis en el 44 a. C. y agosto al sextilis en el 8 d. C.

domingo, 18 de abril de 2010

Sobre el tiempo

Hace unos días recibí un e-mail que hablaba, desde cierto punto de vista científico, sobre el tema del tiempo. Decía el texto que nuestro planeta, en cuanto “ser viviente” emitía una suerte de pulso de vida (sepa perdonar el lector mi explicación poco técnica) y, el mismo, era generado en una determinada frecuencia que los hombres lograron medir hace unos cuantos años. Pero el problema del que hablan los muchachos de ciencia radicaría en que la Tierra ha acelerado su pulso de vida en este último tiempo, lo cual -según el artículo- haría que el tiempo en nuestro planeta corriera más aceleradamente, los días durasen menos, los años transcurrieran más veloces.
Evidentemente, el tema del paso del tiempo no es una preocupación nueva para los seres humanos. Infinidad de pensadores y poetas han escrito mucho sobre el tema desde el Renacimiento hasta nuestros días, y también antes. El asunto es que el hombre genera respuestas diferentes, con el paso del tiempo...
Mientras escribo veo en mi muñeca un reloj pulsera; recuerdo a mi abuelo y su reloj de bolsillo que colgaba de una cadena. Se me impone la metáfora del tiempo que nos aprieta como policíacas esposas o nos encadena al efímero presente. Lo paradójico del hombre como constructor de elementos que hacen manifiesto a su tirano. Alguien -mientras mira su reloj- objetará que tal vez sea conveniente verle la redonda cara al enemigo para no olvidar que está presente, para conocerlo. El problema es, tal vez, que por verlo tan seguido nos hemos familiarizado con nuestro adversario...
Antes de que usted lector se pregunte cuánto tiempo hace que está ahí sentado, una última reflexión (y tal vez la que más me importa). A menudo los docentes nos preguntamos por qué nuestros alumnos no invierten su tiempo en leer o estudiar. Están (estamos) inmersos en lo que llamo la generación click, donde todo es ya, todo es rápido, fugaz. El delivery, el fast food, la banda ancha, las computadoras cada vez más veloces, el ¡llame ya!... ¿Hay momentos para detenerse a pensar? ¿O es que el vértigo nos ha quitado aquello que nos diferencia de los animales? Tal vez el mismo tiempo, de inevitable tránsito, será el encargado de proveernos de respuestas. Ahora dejo de escribir, ya que estoy corto de tiempo.

sábado, 17 de abril de 2010

LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Y EL APRENDIZAJE, por Alejandro Dolina

La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero.
Entre las cosas que parecen acelerarse figura - inexplicablemente - la adquisición de conocimientos.
En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez:
"... haga el bachillerato en 6 meses…
Vuélvase perito mercantil en 3 semanas…
Avívese de golpe en 5 días…
Alcance el doctorado en 10 minutos..."
Quizás se supriman algunos... ¿detalles? ¿Qué detalles? Desconfío.
Yo he pasado siete años de mi vida en la escuela primaria, cinco en el colegio secundario y cuatro en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas, no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevo decenios.
¿Por qué florecen estos apurones educativos?
Quizás por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aun sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.
A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las maquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que no ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco.
Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas.
O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo.
O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros.
Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio.
Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro.
Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa.
Emprenda una carrera corta.
Triunfe rápidamente.
Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno.
No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.
No señores: ¡aprender es hermoso y lleva la vida entera!
El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzara a acompañar la zamba de Vargas.
"Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto.
Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones.
No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos anos tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir).
Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente seria bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente.
Otro curso muy indicado seria el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como el supone. Todos - el soberbio y sus víctimas - podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea.
Hay - además - cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quien es uno", etc. Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes.
Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba.
Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida.
De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda.
Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo:
"Aprenda a tocar la flauta en 100 años".
"Aprenda a vivir durante toda la vida".
"Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".